LA ALEGRIA DE LA COCINA ES LA SAL- EL ADITIVO MAS USADO DEL MUNDO
La sal es el aditivo mas usado del mundo desde tiempos inmemoriables, por ser un producto basico en nuestra alimentacion les vamos a poner en situacion sobre sus origenes y sus beneficios.
El el proximo capitulo les explicaremos todo sobre las sales gourmet sus aplicaciones y usos.
En nuestra seccion de curiosidades les contamos todo paso a paso.........................
LA SAL EL ADITIVO MAS ANTIGUO Y EL MAS USADO EN ALIMENTACION.-
La sal se denomina científicamente Cloruro Sódico y su formula química es NaCl. Es una sustancia procedente de la naturaleza, básica para el correcto funcionamiento del organismo, para el disfrute de los sabores y como conservante natural. Clave en la alimentación, la sal también desarrolla un importante papel en el ámbito industrial como materia prima de infinidad de procesos de fabricación. En su estado natural es incolora o blanca y está formada por pequeños cubos. La complejidad de sus usos la convierte en un incomparable bien social
La sal se extrae de las salinas marinas o las salinas interiores (manantiales, arroyos, pozos o lagunas). También puede obtenerse de las minas de sal. Se trata de concentraciones que se forman bajo tierra cuando las capas de sal externa fueron enterradas por otros sedimentos. Este tipo de sal se conoce como sal gema y, en la mayor parte de los casos, suele estar acompañada por otro tipo de minerales.
El uso de la sal como alimento comienza en la época del emperador chino Huangdi y se remonta a 2670 a.d.C. Una de las primeras salinas verificadas para su uso en la alimentación humana es en el norte de la provincia de Shanxi, en un lugar lleno de montañas y lagos salados. Es muy posible que el sol veraniego evaporara el agua de los lagos y la población se dedicara a recopilar los cristales de sal de la superficie. Las primeras extracciones de sal mediante procesos elaborados se remontan a la época de la Dinastía Xia en los años 800 a.d.C. Durante esa época, las aguas marinas se metían en recipientes de barro expuestos al fuego hasta que se obtenían los cristales salinos por evaporación.
En Occidente se han encontrado momias preservadas con las arenas salinas de los desiertos de Egipto que datan de 3000 a.d.C. Los usos que se hacían en el Antiguo Egipto incluían tanto los culinarios como los ritos funerarios. La sal egipcia provenía de las salinas solares ubicadas en las cercanías del delta del Nilo, pero también del comercio entre los puertos de las primeras culturas mediterráneas, en especial de Libia y Etiopía. Los egipcios ya eran expertos en la exportación de alimentos crudos, pero gracias a la sal y a sus propiedades de conservación consiguieron expandir el número de alimentos comercializables, convirtiéndose en los primeros exportadores de pescado en salazón de la Antigüedad.
España es un país con una tradición salinera que se remonta a los tiempos anteriores a la romanización y, hoy en día, es uno de los grandes productores de Europa. La producción nacional de sal muestra una evolución regular en el último quinquenio, con cifras anuales cercanas a los 4 millones de toneladas.
La producción salinera española, independientemente de la forma de extracción, se reparte principalmente entre Cantabria, Valencia, Cataluña, Andalucía, Aragón, Murcia, Navarra y Baleares.
La sal es el aditivo más antiguo y más usado en alimentación, y uno de los principales pilares de la cocina en casi cualquier cultura. Por medio de las papilas gustativas, ubicadas en la lengua, nuestro organismo es capaz de detectar el sabor salado, uno de los cuatros sabores fundamentales.
La sal tiene un repertorio ilimitado de aplicaciones en la cocina, que va desde el más básico (su papel como potenciador del sabor), hasta los más vanguardistas y sofisticados empleados en la nueva cocina actual que se nutre de sus diversas presentaciones y variedades.
Es siempre un valor añadido al emplearlo como potenciador del sabor ya que consigue extraer toda la riqueza gustativa de cada uno de los alimentos. Su utilización también resulta fundamental en el proceso de elaboración de productos tan característicos y reconocidos de la gastronomía española como el jamón, los embutidos o el queso. Su papel como conservante, que le ha aportado tanta popularidad a lo largo de la historia, sigue siendo imprescindible para muchos preparados alimentarios como los salazones, los encurtidos o los ahumados de carnes y pescados. Su capacidad para controlar la fermentación también hace de la sal un ingrediente indispensable en la fabricación de harinas, masas y pastas, así como a la hora de elaborar repostería y pan.
A la hora de cocinar, la sal es un ingrediente que hace compatible la calidad, el sabor y la salud. El toque justo que proporciona la sal permite disfrutar de los platos cocinados de la forma más sencilla que, precisamente, se corresponde con las propuestas y recetas más saludables: preparación al vapor, hervido, a la plancha, a la parrilla o al horno. La sal es el acompañamiento perfecto para disfrutar del sabor de los alimentos en su estado más natural y menos procesado, como ocurre con los pescados, los mariscos, las carnes o las verduras.
La sal tiene un repertorio ilimitado de aplicaciones en la cocina, que va desde el más básico (su papel como potenciador del sabor), hasta los más vanguardistas y sofisticados empleados en la nueva cocina actual que se nutre de sus diversas presentaciones y variedades.
Es siempre un valor añadido al emplearlo como potenciador del sabor ya que consigue extraer toda la riqueza gustativa de cada uno de los alimentos. Su utilización también resulta fundamental en el proceso de elaboración de productos tan característicos y reconocidos de la gastronomía española como el jamón, los embutidos o el queso. Su papel como conservante, que le ha aportado tanta popularidad a lo largo de la historia, sigue siendo imprescindible para muchos preparados alimentarios como los salazones, los encurtidos o los ahumados de carnes y pescados. Su capacidad para controlar la fermentación también hace de la sal un ingrediente indispensable en la fabricación de harinas, masas y pastas, así como a la hora de elaborar repostería y pan.
A la hora de cocinar, la sal es un ingrediente que hace compatible la calidad, el sabor y la salud. El toque justo que proporciona la sal permite disfrutar de los platos cocinados de la forma más sencilla que, precisamente, se corresponde con las propuestas y recetas más saludables: preparación al vapor, hervido, a la plancha, a la parrilla o al horno. La sal es el acompañamiento perfecto para disfrutar del sabor de los alimentos en su estado más natural y menos procesado, como ocurre con los pescados, los mariscos, las carnes o las verduras.
Además de estos usos, la industria alimentaria emplea la sal para la fabricación de muchos de sus productos, debido a sus propiedades relativas a la potenciación del sabor, la conservación y la capacidad para dar textura. La mayor parte de los platos preparados, salsas y caldos contienen sal entre sus ingredientes.
La sal es un nutriente esencial para preservar la vida. Influye en procedimientos básicos como el correcto funcionamiento del metabolismo, el transporte de nutrientes o la eliminación de sustancias del organismo. Además, su enriquecimiento con yodo o flúor permite contribuir a erradicar las enfermedades relacionadas con la carencia de estos dos importantes minerales en gran parte del mundo.
Como en cualquier dieta sana y equilibra, es recomendable el consumo moderado de sal, aunque en las personas sanas no se considera necesario reducir su ingesta. Su consumo, además, está asociado a otro tipo de factores externos como el clima o la intensidad de la actividad física, siendo muy importante su consumo para evitar la deshidratación. En España, el consumo medio de sal se sitúa en torno a los 7 gramos/diarios, cantidad compatible con el consumo recomendado de la OMS que se establece entre 6gr. y 8gr. por persona y día.
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